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Por la situación sanitaria que sobradamente tod@s conocemos, las bibliotecas están pasando un gran bache. Al igual que muchos ámbitos de la sociedad, la cultura está siendo fuertemente perjudicada.
A l@s bibliotecari@s nos sobran fuerzas e iniciativas para seguir adelante y superar esta tesitura. Hay ya muchos artículos que cuentan acciones de bibliotecas de todo el mundo durante el confinamiento.
Por eso, este artículo no quiere transmitir todo ése buen hacer que estamos realizando para sobrevivir, sino dar a conocer el trabajo bibliotecario tan desconocido para muchos, a raíz de la necesidad de teletrabajar, es decir: trabajar sin público.
Si ya en este país no se entiende de verdad el teletrabajo, el caso de las bibliotecas aún menos. Y los usuarios preguntan: ¿y en casa qué haces si no tienes gente? Se cree que la única función de la biblioteca es prestar libros y te das cuenta lo invisible que es nuestro trabajo.
En el caso de la Biblioteca Pública Municipal de Godelleta (3.000 habitantes) estamos en servicios mínimos desde el 21 de enero. Se abre para préstamos y devoluciones una mañana y una tarde a la semana, sin acceso a sala; y el resto de horas de la jornada se ha estipulado teletrabajo.
De hecho, la misión principal de la biblioteca es ésa: el servicio al ciudadano. Pero detrás del mostrador hay un ingente volumen de trabajo totalmente desconocido, y que con este artículo se quiere visibilizar, para mostrar su importancia y las múltiples tareas que conlleva la gestión bibliotecaria. Además de prestar libros.
Cabe señalar también que hablo desde mi puesto de trabajo. Que habrá otras bibliotecas más grandes que lleven a cabo otras tareas que aquí no se desempeñan por razones obvias: personal, fondos y/o presupuesto, demanda de usuarios. Y también que aquí, solamente hay una persona para todo el trabajo, tan solo cuatro horas diarias.
El préstamo puede que sea la última acción que tiene el libro, sin contar la devolución. Pero hasta llegar ahí hay muchas tareas previas. La adquisición de esos materiales, atendiendo a las peticiones de los usuarios o las necesidades que se observan. Las novedades en narrativa se han de comprar porque es lo que más demanda tiene. Pero también hay que renovar fondos, ya que la información va quedando obsoleta o simplemente los ejemplares se deterioran. Hay que innovar, por ejemplo, estamos en proceso de hacer una sección de cómic moderno y también se han comprado juegos de mesa, también para préstamo a domicilio. Las nuevas adquisiciones se buscan a través de catálogos por internet, ya que se piden a las papelerías del pueblo. No es ir a la librería donde puedes ver toda la oferta que hay y ojear los ejemplares, por lo tanto, requiere mucho más tiempo de búsqueda y selección. Todos estos materiales hay que catalogarlos mediante el programa de gestión bibliotecaria. Hay que etiquetarlos, cuñarlos y ordenarlos, hacer bibliografías… Finalmente hay que publicitarlos para que lleguen al mayor número de personas y sepan que están a su disposición. Forrarlos para que duren más, queda directamente descartado. La catalogación y colocación del tejuelo no se teletrabaja por no transportar los ejemplares, pero se podría hacer.
Esta publicidad de los nuevos ejemplares se hace a través del Opac (Catalogo colectivo) o por las redes sociales, donde se pone portada y sinopsis.
Mediante el teléfono móvil se atienden llamadas de compañeros del ayuntamiento, de otras bibliotecas o usuarios. Mediante WhatsApp los usuarios renuevan los préstamos, hacen consultas de libros disponibles y también reservan. También se usa para recordar los retrasos excesivos, para avisar de que la reserva está disponible o incluso provocar a los usuarios: mira lo que acaba de llegar, creemos qué te gustará.
El Ministerio de Cultura tiene a disposición de todas las bibliotecas públicas un editor gratuito de páginas web. Se solicitó el alta y se está editando la web desde agosto, ya que, aunque la plataforma es bastante intuitiva y no se necesitan conocimiento de edición web, hay que poner toda la información que se quiere ofrecer al ciudadano. Por ejemplo: habrá un apartado de recomendaciones y hay que realizar previamente, esa bibliografía selectiva para aparezca en la web. Horario, servicios, programación, instalaciones, recursos digitales…
Y ya la cuestión de las redes sociales es un mundo aparte. Saber en qué redes has de estar, publicar, crear contenido de interés, estar ahí para cuando el usuario interactúe. Son unas grandes aliadas hoy en día, pero también requieren un gran trabajo si quieres hacer un buen uso de estas herramientas y que tu presencia en la web 2.0 sea buena para la biblioteca y de interés para los usuarios. Hay un listado creado con nuevo contenido, por ejemplo: hacer un recorrido por la Historia del libro, rutas literarias mundiales, informar de todas las aplicaciones que ofrece Google, dar a conocer autoras… y que no salen a la luz porque materialmente no hay tiempo. Estamos hablando de gestionar solamente Facebook, estamos empezando con Instagram que se ha visto que actualmente tiene más audiencia, el blog (con todo el trabajo hecho) se perdió por no pagar el servidor y Mailchimp que es la plataforma para el mailing. Se manda un boletín periódico con las noticias de la biblioteca, que se ha tenido que renombrar porque a boletín mensual no se llegaba. También se mandan artículos a los periódicos para que los publiquen, que previamente se ha redactado también detrás de este mostrador. Además, la biblioteca también colabora con la comunicación en las redes sociales del Ayuntamiento y los artículos en los periódicos comarcales.
Para poder hacer publicaciones hay que diseñar carteles, para ello se usa la herramienta Canva que ha sido un gran descubrimiento, hay que depurar/seleccionar información para que sea escueta y entendible, como por ejemplo ayudas y subvenciones para la ciudadanía.
También hay una parte de trabajo administrativo, como son la realización de memorias e informes para justificar o pedir subvenciones, o la firma de facturas que requieren el visto bueno del funcionario. Esto se puede realizar desde la plataforma de gestión administrativa del Ayuntamiento que se llama Gestiona.
Todos los meses hay que mandar a Generalitat las estadísticas mensuales con el recuento de visitas y préstamos que tiene la biblioteca. A principios de año también se han de mandar los datos anuales con además de visitas y préstamos, se contabilizan los ejemplares en todo tipo de material, usuarios de alta tanto adultos como infantiles, instalaciones, gastos etc.
Como podéis observar la mayoría de tareas sólo requieren un ordenador (que ha proporcionado el Ayuntamiento) y teléfono móvil, y acceso a internet. Por ello se pueden realizar perfectamente mediante el teletrabajo hasta que esta situación mejore.
En este momento no hay actividades de animación a la lectura en sala, pero esta situación pasará y hay una previsión de actividades programadas para cuando volvamos a la acción y se pueda visitar la biblioteca sin ninguna restricción. También se intenta mantener la biblio activa mediante propuestas, como los packs de préstamos, el desafío lector o los cuentos por teléfono. Este año también se ha puesto en marcha el regalo de ‘Bienvenida a la lectura’ para los recién nacidos en Godelleta.
Está claro que l@s bibliotecari@s queremos acción, ver la biblioteca llena de usuarios. De niños y niñas revolviendo las estanterías, de más mayores haciendo deberes o consultando los ordenadores, las reuniones del club, las charlas en las que todas las sillas se ocupan, las exposiciones acompañando las paredes vacías, las visitas escolares que con su sorpresa de que todo esto sea gratis, refuerza la devoción bibliotecaria de servicio al ciudadano. A la biblioteca le encanta ser biblioteca y estar en la biblioteca, bajo su techo. Pero si ha de continuar sus funciones temporalmente bajo otro techo, seguirá en funcionamiento para vuestro servicio.
Autora: Maite Picó Diana. Diplomada en Biblioteconomía y Documentación por la Universitat de València. Su trayectoria profesional empezó en la Biblioteca Especializada de Juventud del IVAJ, cuente-anudando su experiencia en diferentes archivos municipales y empresas privadas. Desde el 2007, es responsable del servicio de Biblioteca Municipal de Godelleta como técnico auxiliar.