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En primer lugar me presento, soy M. Rosa García Robles, técnico de gestión de patrimonio del
Ajuntament de València. A día de hoy gestiono 2 bibliotecas municipales de València, Tomàs Vicent Tosca (Barrio Amistat) y María Moliner (Barrio San José). Llevo de bibliotecaria 16 años. Venía directamente de la Universitat, donde daba clases como becaria postdoctoral en el Departamento de Arqueología, por lo que aterrizar en una biblioteca, al principio fue un poco shock: el silencio, la tranquilidad, el estar en un despacho, las montañas de libros por ordenar y clasificar, pero…. así empezó todo.
Mi excesiva inquietud, en ocasiones, por aprender, por probar, por experimentar, por conocer nuevas cosas y maneras de trabajar, me llevó desde el principio a tratar de darle una vuelta a la biblioteca. También que esos primeros años estuviera criando a mi tres hijos e hijas, y entonces eran muy pequeños, o no habían nacido, hizo que me empapara de literatura infantil, y fuera creciendo con ellos hacia la literatura juvenil. Todo esto me llevó a reconsiderar mi papel dentro de la biblioteca más allá de catalogar y gestionar la colección. Vi que había una necesidad, o un interés en el barrio, a la que no se le estaba dando salida, y que desde las bibliotecas podíamos hacer algo. Era la búsqueda de espacios cercanos donde socializar el barrio, donde poder dialogar, conocer gente que, igual, vivía en la misma finca y no se conocían. Esto ocurre en las grandes ciudades, y es importante que los poderes públicos sean conscientes y traten de paliar estas necesidades de convivencia, de huir de la soledad, de necesidad de socialización, pues la especie humana precisa del grupo, y la soledad, sobre todo de la gente mayor en la ciudad; es una triste realidad.
Empecé por crear clubs de lectura de adultos (algo que ya estaba extendido en muchas bibliotecas, pero que aquí no lo estaba), era lo más fácil para empezar. Después, estuve varios años autoformándome en literatura infantil y juvenil, así como en animación lectora, dinamización… para tratar de dar forma a un proyecto que tenía en mente, y que a día de hoy estoy desarrollando, a caballo entre una y otra biblioteca. Fueron años de lectura individual, de búsqueda de recursos online, de aprovechar los viajes en familia para entrar a todas las bibliotecas que me pillaban de paso, coger folletos, preguntar por sus proyectos, hacer fotos, seguirlas por facebook… Siempre he sido muy autosuficiente, freelance, y ahora veo que hay que apostar también, y mucho, por el trabajo en equipo, por la formación en grupo y compartir ideas y proyectos. Pues ayuda a economizar esfuerzos, a sumar ideas, a compartir éxitos y llorar juntos los fracasos (que también es importante reconocer). Me lo apunto para profundizar en este aspecto.
El proyecto que estoy desarrollando en las bibliotecas que gestiono trata de dinamizar el barrio a nivel literario y en concreto hacer que la biblioteca se vea como un recurso del barrio con un alto índice de uso. Cuando yo llegué la biblioteca no contaba con ningún tipo de programa de dinamización anual, ni estas, ni muchas otras. Se hacían algunas, muy pocas, visitas escolares para conocer la biblioteca.
La biblioteca seguía entonces con el concepto antiguo de zona de silencio, para estudiar o para leer la prensa. Los niños y niñas molestaban: “que se fueran al parque”.
Poco a poco las bibliotecas han ido cambiando, y las que yo gestiono también. A día de hoy llevo un club de lectura, una bebeteca de 0 a 3 años con 45 familias apuntadas, un club de lectura familiar de 4 a 6 años con 31 familias apuntadas, 4 clubs de lectura de adultos con una media de 17 personas por club; tengo en mente la posibilidad de gestionar un club de lectura infantil (8 a 12 años), llevo un club de lectura virtual en facebook y estoy en contacto con las librerías del barrio con la idea de ser complementarias. Por otro lado está la labor que se hace con los colegios del barrio. Hay que decir que hay una intensa actividad con los centros de primaria de ambas bibliotecas, con visita de todas las clases, al menos 3 veces por curso para participar de las actividades que ofertamos. Y también contamos con las actividades externas que nos ofrecen desde el Servicio de Acción Cultural para las bibliotecas, y que dan una mayor amplitud a las actividades en abierto y a las dirigidas a centros educativos, y no puedo dejar de agradecer el cambio que voy/vamos viendo desde arriba hacia abajo, que es muy importante que lo haya, ya que así avanzamos en la misma dirección.
Para poder desarrollar todos estos proyectos hace falta una previa formación, así como un conocimiento de lo que se está haciendo en otros lugares, sobre todo aquellos que nos llevan delantera, y que les funciona lo que hacen. Sirva este artículo, en parte, como reivindicación de una mayor formación hacia las personas que gestionamos las bibliotecas, por parte de los poderes públicos, pues revierte directamente en el público, el barrio.
Yo no he inventado nada, he copiado, me he inspirado en bibliotecas que conozco, he preguntado cómo hacerlo, y así he ido creando proyectos que creo exitosos.
El proyecto GIA podemos decir que fue una casualidad. Fue Amparo Pons, actual presidenta del Colegio, quien me animó a presentar un proyecto de este tipo. Voy a ser sincera, no tenía ni idea que existía este proyecto, ya he señalado que soy muy independiente en el trabajo y tiendo más a buscar fuera que en el entorno cercano (mala praxis). Creo que es una iniciativa genial por parte del COBDCV para diferentes aspectos: ir a ayudar a montar bibliotecas en países en vías de desarrollo, ir a conocer mega proyectos en países muy avanzados. Yo elegí el camino del medio. Fui a conocer el proyecto de actividades de literatura infantil en un país como el nuestro, en unas bibliotecas similares a las nuestras, pero que a diferencia de las de Valencia, tienen un ambicioso proyecto de actividades infantiles y en familia que desarrollan al unísono en toda su red municipal, con un grado de centralización que a mí me gustó y quise conocer de primera mano. De hecho al llegar a Roma me preguntaron que cómo no me había ido a Holanda, o a Bélgica, donde tienen unas preciosas bibliotecas. Les contesté lo siguiente: prefería ser realista, e ir a conocer de primera mano un proyecto que yo creo se puede trasladar a Valencia, pues no quedamos muy lejos, nos faltaría un pequeño apoyo, pero sería posible con algunos cambios en nuestras bibliotecas.
La estancia en Roma ha sido gracias, claro está, al Col·legi y a su proyecto GIA, así como a la acogida por parte de las Bibliotecas de Roma, y en concreto a Rosarita Digregorio, que casi de modo automático, al yo enviarle mi petición de ir a conocer su proyecto me contestó afirmativamente que sí.
Yo tenía varias bibliotecas en la cabeza, que dejo para más adelante: por una parte las Bibliotecas de Triestre, con una precioso proyecto originario de allí, y luego exportado al resto de Italia, que es Nati per leggere, http://www.natiperleggere.it/ dirigido a menores de 6 años. La biblioteca de Bologna, https://www.bibliotecasalaborsa.it/home.php que por su trayectoria como ciudad acogedora de la Feria Internacional de Literatura Infantil hace que ese recurso sea muy atractivo, y finalmente las bibliotecas de Roma, a las que fui en octubre de 2019.
Una vez en Roma lo que hice durante mi estancia fue visitar algunas de las Bibliotecas que tenían en marcha las actividades en familia esa semana, así como entrevistarme con varias de las bibliotecarias o dinamizadoras, de modo que obtuviera el mayor conocimiento del proyecto. Tanto en directo, como en perspectiva de pasado y de futuro.
Hay que destacar las siguientes bibliotecas: VALLE AURELIA, BIBLIOTECA DELLA MEMORIA, BIBLIOTECA CENTRALE RAGAZZI, CASA DEI BIMBI, BIBLIOTECA EUROPEA.
Hay que señalar la presencia en Roma de dos bibliotecas dedicadas íntegramente a los menores:
–La Biblioteca “Casa dei Bimbi” es un centro especializado que forma parte de la red de bibliotecas de Roma Capital. La colección es íntegra para los menores, a excepción de libros para adultos especializados en temas de la infancia. Las tardes están dedicadas a actividades de promoción de la lectura por tramos de edad, y las mañanas dedicadas a las escuelas y a colectivos interesados en esta temática, con la realización de laboratorios de capacitación y creatividad para mujeres embarazadas y nuevas madres. El personal que trabaja en la biblioteca organiza cursos de capacitación para educadores/as y maestros/as con interés en activar la promoción de lectura dentro de sus propias instalaciones escolares.
https://www.bibliotechediroma.it/opac/library/biblioteca-casa-dei-bimbi/RMBL3
–Biblioteca Centrale Ragazzi cuenta con espacios diferenciados por edades, todos dedicados a menores de edad. Tienen un proyecto con actividades semanales diferenciadas: de 0 a 5 años, de 6 a 10 años, de 11 a 14 años. Pude acudir a dos de ellas para conocer cómo lo gestionaban, el tipo de títulos que escogían, cómo se comunicaban con las familias para convocarlas (pues la difusión y que llegue la información siempre es un hándicap a salvar), así como la ejecución de la actividad.
https://www.bibliotechediroma.it/bibliotu-per-bambini
–Biblioteca Valle Aurelia. Es una de las bibliotecas que gestiona Rosarita Digregorio, por lo que estuve allí en varias actividades, así como en entrevistas con el personal para conocer a fondo su funcionamiento. Se trata de una biblioteca de tamaño medio, que podía comparar con T.Vicent Tosca. La diferencia es que en las bibliotecas de Roma hay 3 técnicos por biblioteca, de modo que se especializan cada uno en una rama: actividades infantiles, colección o relación con asociaciones, presentaciones de libros…. Y por otra parte cuentan con “servizio civile in biblioteca”, un voluntariado civil que durante un año, y previo proyecto presentado prestan servicio y ayuda en las bibliotecas de Roma, y en especial en las actividades infantiles. Son personas que por sus estudios les interesa adquirir experiencia en la biblioteca, pues se les reconoce a nivel curricular, así como que tiene cierta remuneración económica.
Ambos aspectos: el ser 3 técnicos, y contar con voluntariado fijo, ayuda mucho a que se puedan realizar actividades infantiles y familiares todas las semanas. Por otro lado, el presupuesto que tiene cada biblioteca: unos 1000 euros mensuales, hace más atractiva toda actividad, así como la posibilidad de tener una colección renovada y actualizada.
https://www.bibliotechediroma.it/opac/news/servizio-civile-in-biblioteca-prorogato-il-bando/22902
Por otro lado destaco:
–La Biblioteca della Memoria que me sorprendió por el grado de compromiso que tiene esa biblioteca con la historia de la ciudad, y cómo se ocupa de llegar a todos los institutos de la ciudad para dar a conocer al alumnado lo importante que es conocer su historia cercana, la historia de la ciudad, pues es una biblioteca municipal, y cómo una biblioteca puede hacer esa labor a toda una gran ciudad como es Roma. Me hace reflexionar sobre si en Valencia se podría llegar a ese grado de especialización, de modo que algunas de nuestras bibliotecas fueran verdadera referencia en algún tema. Algunas de nuestras bibliotecas empezamos un proyecto de especializarnos en algún tema, pero creo que habría que retomarlo y, llegada esa real especialización, poder ofertarlo a nivel de actividades concretas con los colegios, institutos o asociaciones que nos las solicitaran.
Como resumen de mi estancia podría concluir en una reflexión sobre posibles mejoras en Valencia, extensible a cualquier otra biblioteca. Son ideas para crecer y mejorar, y que no veo difíciles de cumplir. Son aspectos que he conocido en Roma, totalmente viables:
1.- tener un proyecto centralizado de actividades infantiles, en familia, juveniles, de adultos, de modo que se nos vea como una unidad que va al mismo paso. Cierto es que para conseguirlo haría falta una mayor inversión en personal, pues a día de hoy, llevando algunos técnicos 2 bibliotecas se nos hace complicado.
2.- cerrar al público los lunes por las mañana para poder hacer todas las actividades con las escuelas o asociaciones que nos soliciten.
3.- contar con un facebook/instagram centralizado, pero con páginas individuales para cada biblioteca.
Siempre, lo mejor de poder compartir experiencias con bibliotecarios y bibliotecarias de otros países nos lleva a traer aire fresco a nuestros centros, copiando nuevas ideas y reflexionando sobre diversas actitudes y formas de trabajo que, quizás, debemos cambiar en nuestros lugares de trabajo. Y eso es lo que a mí me ha sucedido con este GIA que he disfrutado gracias al Col.legi Oficial de Bibliotecaris i Documentalistes de la Comunitat Valenciana y desde aquí animo a que todos y todas las colegiadas presenten sus proyectos para esta próxima convocatoria.