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El nuevo concepto de biblioteca: ¿real o imaginario?
Hoy en día, la biblioteca que todos conocemos ya no existe cuando se escribe sobre ella en los libros especializados y en los artículos de los expertos.
Puede que vayamos a una biblioteca pública de un municipio cualquiera o de una universidad española elegida al azar y este significativo cambio en la denominación y características de la biblioteca actual que tanto leemos en la literatura académica no sea notorio: veremos libros, mesas, sillas, mostradores, ordenadores… poco más nos vamos a encontrar en la mayoría de las ocasiones, sobre todo en bibliotecas públicas pequeñas.
Sin embargo, la literatura sobre la materia camina independientemente de la realidad (casi siempre) y cuando leemos artículos, reportajes, libros, tesis, etc. sobre la biblioteca actual, nos encontramos con infinitos deseos y bienintencionadas proyecciones; con una biblioteca absolutamente diferente de la que podemos ver acudiendo personalmente a cada una de ellas. Se comprende que, pese a todo, depende mucho del tipo de biblioteca: en una biblioteca pública del estado con un presupuesto interesante sí vamos a encontrar adelantos varios, al igual que en un CRAI de una universidad, contrariamente a una biblioteca pública pequeña o una biblioteca universitaria de facultad de un grado poco demandado por los alumnos.
¿Qué es una biblioteca en la actualidad?
El interrogante que me ronda es el siguiente: ¿Todo lo que se dice en los escritos actuales sobre las bibliotecas se está llevando a cabo en la práctica? o, sin embargo, ¿tan solo es un ejercicio de plantear lo que debería ser una biblioteca, independientemente de si se aplica o no se aplica? Taxativamente: no es lo mismo lo que algo “es” que lo que algo “debería ser”.
Por poner un ejemplo, y siempre recalcando en estas líneas que nada es absoluto y que no debe generalizarse, nos encontramos con una continua apología de:
- La biblioteca como creadora de comunidad
- La biblioteca humana
- La cosateca o biblioteca que presta todo tipo de enseres además de recursos de información
- La biblioteca relacional en lugar de la biblioteca transaccional
- Los makerspaces en la biblioteca
- Los laboratorios bibliotecarios
- La biblioteca como epicentro de la ciudad
- La biblioteca como epicentro de la universidad
- El OPAC extendido
- Extraordinarias Herramientas de Descubrimiento y recursos en la nube
La biblioteca en EE. UU. y en los países nórdicos de Europa (¡incluso en Sudamérica!) parece que va a un ritmo más rápido que la biblioteca española. Bienvenidas son las experiencias. Pero es, cuanto menos, curioso, que se hable de la biblioteca humana (una biblioteca extremadamente innovadora) en España cuando hay bibliotecas municipales e incluso provinciales que cierran por las tardes por falta de personal, e incluso bibliotecas públicas municipales que no tienen acceso a Internet.
Conclusiones
Por todo esto que digo, es muy importante diferenciar la literatura profesional de la realidad. Por mucho que se siga escribiendo sobre los excelsos usos y novedades de la biblioteca en el siglo XXI, parece sensato afirmar que urge mucho más arreglar lo que está estropeado (bibliotecas escolares abandonadas, bibliotecas municipales sin presupuesto, falta de personal cualificado, escasez de dinero para nuevas adquisiciones, sueldos bajos, etc.) que seguir modernizando la biblioteca en decenas de artículos y libros para que los estudiantes y profesores puedan explicar qué debe ser una biblioteca, porque en la mayoría de los casos, esos adelantos y teorías no se están llevando a cabo. Como ejercicio académico es muy loable, pero seamos realistas, la biblioteca española es otra cosa.
Autor: Enrique Navas Benito
Doctor en Ciencias de la Documentación por la Universidad Complutense de Madrid. Licenciado y Master en CCII por la Universidad de Sevilla. Director de la academia “AUXILIAR DE BIBLIOTECA” y de la revista “DESIDERATA”
2 comentaris. Leave new
Estoy totalmente de acuerdo con tu reflexión, y es algo que he pensado en muchas ocasiones.
Una cosa es teorizar y otra diferente la realidad de las bibliotecas públicas de nuestro entorno.
Gracias por el artículo.
Muchas gracias por tu comentario Francisco Javier, un saludo